El precio al cual una moneda puede convertirse en otro. Con los años, los economistas y los políticos a menudo han cambiado su opinión sobre si es una buena idea intentar aguanten cambiaria de un país, en lugar de dejarlo ser decidido por las fuerzas del mercado. Durante dos décadas después de la segunda guerra mundial, muchas de las principales monedas fueron fijados en el acuerdo de Bretton Woods. Durante las dos décadas siguientes, aumentó el número de monedas que permite una flotación, aunque en la década de 1990 un número de monedas europeas se fijaron permanentemente bajo la Unión económica y monetaria y algunos otros países establecieron una Junta Monetaria. Cuando capital puede fluir fácilmente alrededor del mundo, los países no pueden fijar su tipo de cambio y al mismo tiempo mantener una política monetaria independiente. Deben elegir entre la confianza y la estabilidad proporcionada por un tipo de cambio fijo y el control sobre la política de tasas de interés ofrecida por un tipo de cambio flotante. En la cara, en un mundo de movilidad del capital, un tipo de cambio más flexible parece la mejor apuesta. Una moneda flotante obligará a las empresas e inversores para protegerse contra las fluctuaciones, no les arrullar a un falso sentido de estabilidad. Debe hacer los bancos extranjeros más circunspectas sobre préstamos. Al mismo tiempo da a las autoridades la opción de elaborar su propia política monetaria. Pero los tipos de cambio flotantes tiene un gran inconveniente: al pasar de un equilibrio a otro, las monedas pueden depreciarse y convertirse en altamente inestables, especialmente si el flujo de grandes cantidades de capital en o fuera del país. Esta inestabilidad tiene costos económicos reales. Para obtener lo mejor de ambos mundos, muchas economías emergentes han intentado un enfoque híbrido, atar holgadamente su tipo de cambio a una moneda extranjera, como el dólar, o a una cesta de monedas. Pero las crisis monetarias de finales de los noventa y el fracaso de la convertibilidad Argentina, llevaron a muchos economistas a la conclusión de, si no una unión monetaria como el Euro, la mejor política puede tener un tipo de cambio libremente flotante.
- Part of Speech: noun
- Industry/Domain: Economy
- Category: Economics
- Company: The Economist
Creator
- Laura Serván
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(Madrid, Spain)